España se despertó con la noticia de un crimen tremendo: Samuel, homosexual, fue víctima de una paliza hasta la muerte. Testigos del bárbaro crimen afirman que el asesinato tuvo su origen en la orientación sexual del chico. Os acuerdo de que España es el país del mundo más tolerante con el colectivo LGBT+. ¿Qué pasó, entonces? La policía tampoco lo sabe. No está claro que su homicidio se deba a motivaciones homófobas. Aún así, la comunidad LGBT se animó a salir por las calles exigiendo que todo sea aclarado, que la muerte de Samuel no haya sido en vano y que la gente empiece definitivamente, todos, a respetar la diferencia.
El asesinato coincidió con la semana de la marcha LGBT. Un poco por toda Galicia hubo manifestaciones públicas. Samuel fue muerto en La Coruña, una de las principales ciudades de la comunidad.
Todos nosotros, personas LGBT, podríamos haber sido víctimas de tamaña atrocidad. Ahora más que nunca, alzamos la voz y denunciamos la violencia a que fuimos sometidos en el pasado: las ofensas, las agresiones, las humillaciones. Ya no podrán callarnos. Gritemos por Samuel y por la infancia -la vida- que nos han robado.
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